Habia una vez una iglesia tan, pero tan rica, que las hostias las daban con paté.
Había una vez un hombre tan pero tan pequeño, que para bajar un escalón necesitaba un paracaídas
Había una vez un niño al que le mandaron a comprar huevos y con el dinero que le dió la madre para comprarloa se fue al cine a ver King Kong.
– Mamá, ¡King Kong tiene los pies inmensos!
– ¿Y los huevos?
– ¡Gigantescos, mamá!
Había una vez 2 niños, uno rico y el otro pobre; el rico le dice al pobre: En mi casa se come a la carta, pides lo que quieras comer. Y el pobre dijo: En mi casa también comemos a la carta, el que saca la mayor es el que come.
Había una vez un niño tan, pero tan fanático de los videojuegos, que cuando se murió le pusieron en la tumba «Game Over»
Había una vez un chico con la boca tan pequeña, tan pequeña, tan pequeña que para decir tres tenía que decir: uno, uno y uno.
Había una vez una señora tan gorda, tan gorda, pero tan gorda, que su ángel de la guarda tenía que dormir en otro cuarto.
Había una vez un hombre tan tacaño, tan tacaño, tan tacaño, que soñaba que tomaba un café y se despertó para no pagarlo.